Reportaje
SUCESIÓN PRESIDENCIAL NO ARRIESGARÁ
OTRA VEZ EL FUTURO AGUASCALENTENSE
· García Rojas y su bella esposa Luisa Gonzaga
· Santa Anna la besó; también a La Flor Amarilla
· Equivocaciones y certezas de 48 gobernadores
Javier Rodríguez Lozano
(1ª de 5 partes)
¿La Sucesión Presidencial en Aguascalientes pone en riesgo el futuro aguascalentense? No, entérese por qué.
A 10 meses de la administración de Carlos Lozano de la Torre aún no se ve si los electores tomamos la decisión correcta en las urnas, o simplemente votamos contra un gobierno que abusó de la mejor fe de la gente buena, como ocurrió en el año 2000, cuando muchos mexicanos no votaron a favor del Partido Acción Nacional (PAN), sino en contra del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Inexplicablemente, y a excepción de la Procuraduría General de Justicia del Estado, dirigida por alguien que parece experimentado policía, el resto del aparato público no quiere dar los resultados que se ofrecieran en campaña. ¿Será porque al decir de Juan Pueblo, ahí todavía toman decisiones muchos importantes militantes del partido perdedor?
Al escritorio del gobernador han llegado algunas renuncias de funcionarios, notables priístas que se la jugaron en la campaña, no sólo con trabajo sino hasta con cuantiosas inversiones, pero que están de adorno frente a la competencia de las adversas influencias. Mas el mandatario ha tenido el acierto de no aceptarlas. Quien sepa leer lo que don Daniel Cosío Villegas llamaba “el personal estilo de gobernar”, de Lozano de la Torre, sin duda será recompensado al tiempo con los frutos que sólo la paciencia y la prudencia saben dar a sus selectos “iniciados”, como bautizara el periodista Juan Bustillos a los cófrades de este, llamado por el escritor Gustavo Sainz, “extraño culto”.
Ante la innecesaria cautela con que se maneja la imagen de la administración lozanista, en particular frente a la estridencia de las críticas de los adversarios de “un día sí y otro también”, como acuñara nuestro respetado compañero y amigo Francisco Cárdenas Cruz en su Pulso Político, surgen muchas dudas que tendrían que ser respondidas. A nuestro entender, aquí presentamos la más importante de todas:
¿La Sucesión Presidencial hipoteca el futuro de Aguascalientes?
CUANDO SÍ SE HIPOTECÓ A AGUASCALIENTES
Antes de responder a esta candente interrogante les invitamos a un necesario recorrido por los últimos 176 años de historia aguascalentense, para ver a “vuelo de pájaro” algunas de las condiciones políticas que vivieron los 48 mandatarios que precedieron al actual gobernador Carlos Lozano de la Torre, a partir del primero, Pedro José García Rojas-García Rojas (sus padres se apellidaban igual) en 1835, en algunos de cuyos casos hubo decisiones que hipotecaron a Aguascalientes, en otros no tanto y en muchos lo enaltecieron.
Según la información disponible, Aguascalientes nació en 1575 con “buen ojo político”. Aquí, a la región, vino a morir el segundo conquistador más poderoso después de Hernán Cortés, el recio Pedro de Alvarado, a manos de nuestros aguerridos caxcanes y chichimecos. En la Reforma de 1857, cuando a un año de promulgarse como estado libre y soberano, el gobernador Jesús Terán Peredo fue llamado por el Presidente Comonfort al Ministerio de Gobernación, y también para buscar su apoyo para la Sucesión Presidencial, y él prefirió renunciar y respaldar a Benito Juárez… No se equivocó.
Pero más adelante sí se equivocarían otros gobernadores. En 1871 una corriente apoyaba la candidatura presidencial de Sebastián Lerdo de Tejada y era encabezada por el doceavo gobernador Carlos Barrón Letechipía, quien tomaría posesión de su cargo el mismo 1 de diciembre en que Benito Juárez era proclamado Presidente de la República. Una semana después sería sustituido por el juarista Rodrigo Rincón Gallardo, aunque cinco años más tarde lo depondrían las tropas porfiristas, que nos invadieron al negarse el mandatario a apoyar al Plan de Tuxtepec de Porfirio Díaz.
Estos dos gobernadores sí hipotecaron a Aguascalientes, quizás más que el relativo estatismo de los tres gobernadores del porfirismo durante las tres décadas que hubo entre 1876 y 1906 que gobernó al país Porfirio Díaz: Miguel Guinchard, Rafael Arellano Ruíz Esparza y Alejandro Vázquez del Mercado, que no hicieron crecer a Aguascalientes al ritmo del México que sí construyó el porfirismo, con todo y ferrocarril. Pero tal vez la peor hipoteca haya sido la ocurrida 130 años después de la de Barrón Letechipía, la del cuadragésimo octavo gobernante Luis Armando Reynoso Femat, al apoyar en 2006 a Santiago Creel frente a Felipe Calderón. En otros tiempos el mandatario hubiera sido depuesto al volver de su estadunidense viaje donde hiciera la temeraria y equívoca proclama.
Hoy, en la Sucesión Presidencial de 2012 están en juego las postulaciones de dos figuras de primerísimo orden: Manlio Fabio Beltrones Rivera y Enrique Peña Nieto, frente a las cuales Aguascalientes tiene claro su destino. Sabrá estar a la altura (de hecho, ya está) de las circunstancias. Esto no quiere decir que Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota no sean dignos contendientes, pero todas las encuestas indican que sus posiciones no les favorecen.
El periodismo en la Internet no aconseja extensos escritos por lo que hemos fragmentado este reportaje en cinco partes. Mañana subiremos la segunda. Se tratará del subtítulo El Beso, donde diremos:
“Sirva esta entrada (nos referimos a la primera parte) para dar espacio a una de las anécdotas que más han disfrutado las distintas generaciones de acalitenses desde que se generó en 1835. En este pintoresco tema no hay mucha bibliografía, por lo menos, conocida por este redactor. Me refiero a los labios pintados en el escudo del estado que simbolizan el beso de una mujer al general Antonio López de Santa Anna y que diera origen a la creación del Estado Libre y Soberano de Aguascalientes”.
Hasta entonces.
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