domingo, 12 de febrero de 2012

OJOS TRÉMULOS

Javier Rodríguez Lozano

Desde algún lugar del ancho mundo, uno de mis queridos sobrinos me escribió y me dijo gustarle los comentarios de La Sucesión Presidencial en blogspot.com, aunque admitió no interesarse por la política. Se me ocurrió decirle que a la mayor parte de las personas les ocurre lo mismo. Mas sin embargo la política es necesaria porque de otra forma –le dije— viviríamos como en la era de la cavernas, de la cual por cierto, no estamos muy distantes como egóicamente creemos. Y como siempre (a propósito de ego), el tiempo me da la razón. En estos momentos (las 20 horas de México), un pequeño país de solo 11 millones de habitantes que generan el 2 por ciento del producto interno bruto europeo, pero cuya cultura como sangre corre por las venas de la humanidad, y por lo mismo nos impacta y conmueve a tod@s, se halla en una violenta incrucijada de, como dice su ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos: “saber elegir entre lo malo y lo peor”. Y por supuesto, eligió sabiamente lo malo. Miles y miles de griegos prácticamente incendiaron este domingo con su furia la legendaria Plaza Syntagma. Los reportes difundidos en la Internet por los principales diarios hispanos, como El País de Madrid, señalan que el balance es de unos 54 heridos (40 de ellos, policías) y 17 edificios quemados, “la mayor parte de ellos históricos”. Se trata de ciudadan@s grieg@s que sí se interesan por la política y se preocupan por las decisiones históricas que tomaron hoy sus políticos. Ahora, ¿por qué protestaron? Se preguntaría cualquiera que sea poco afecto a leer e informarse. Muy sencillo, Alemania y el Fondo Monetario Internacional propusieron imponerle a Grecia una “camisa de fuerza” tan severa que hasta 16 diputados ultraderechistas la abominaron, porque entre otras cosas reducirá el 22 por ciento a los salarios mínimos (si ocurriera en México y le quitaran a los actuales 62.33 pesos ese porcentaje, quedarían unos 49 pesos). El periódico El País dice: “Grecia inauguró el club de los malditos del euro hace dos años, cuando reveló que sus cuentas públicas eran de cartón piedra, su agujero económico mayor a lo revelado y que, en fin, no podía pagar sus deudas”. Antes de morir este domingo, en medio de las llamas que consumían tiendas de almacenes, cafés, cines y edificios históricos de Atenas, 199 de los 300 diputados de la Cámara votaron el plan de rescate que debe salvar a Grecia –dijo Amanda Mars, de El País— “de una quiebra desordenada y garantizar su permanencia en el euro”. Lo hicieron –agregó—  en medio de la agitación social, “bajo los ojos trémulos de Europa y la amenaza de Berlín…” Ni imaginar qué pasará al tiempo en España, donde las reformas  laborales del nuevo gobierno de Mariano Rajoy facultan a los patrones a despedir a sus trabajadores con solo 20 días de indemnización, mucho menos de los 20 días por año y hasta 24 mensualidades del zapaterismo; y menos todavía de los 20 días por año y tres meses de indemnización de México. Pero eso no es todo, en la Madre Patria –hay que admitir que también la llevamos orgullosamente en la sangre— la nueva administración derechista está borrando de un plumazo las principales políticas públicas de la izquierda ibérica, la del PSOE, con reformas a la Ley del Aborto, para endurecer su permisibilidad; la eliminación de la Educación para Ciudadanía, sobre lo que baste decir que la rechaza el clero; la revisión de la píldora del día después, para volver a venderla solo con receta; y la Ley de Costas que, para abreviarlo, “ni un pilar de la abundante legislación ambiental aprobada principalmente en la legislatura 2004-2008 se salva”, según el cronista parlamentario Rafael Méndez. Grecia llegó a su situación actual luego de haber despedido a su primer ministro, el socialista Giorgios Papandreu, y elegido interinamente en su lugar al tecnócrata Lukas Papademos, apoyado –igual que David Cameron en Gran Bretaña por conservadores y liberales— por socialistas del Pasok y derechistas de Nueva Democracia, de cuyos 236 diputados casi 200 aprobaron el plan de rescate propuesto por la comunidad financiera internacional encabezada por Ángela Merkel. Y Mariano Rajoy llegó luego de dos intentos anteriores en los que, increíble pero cierto, realizó una campaña presidencial sin una sola promesa electoral (contrasta con las 508 de Enrique Peña Nieto en el estado de México hace seis años) y aun así arrasó con el PSOE desde los comicios del 15 de mayo y 20 de noviembre pasados. Lo que los casi 47 millones de españoles no sabían es que con sus reformas laborales se les reducirían sus ingresos y como a nadie le gusta que le metan la mano al bolsillo, algo va a pasar allá en alguna parte del corto tiempo, como parecen reflejar las cifras de Parametría que está observando ligero descenso en la imagen del presidente español, Mariano Rajoy; y algo puede pasar según lo advirtieron los jóvenes indignados desde el pasado 15 de mayo en las principales plazas de España: “No somos marionetas en manos de políticos y banqueros … Democracia real ¡YA!... No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario